quarta-feira, 17 de março de 2010

JUAN ARIAS, FRATER

La jubilación, hermano Latuf, no es la salida, es la llegada a la cumbre de la montaña, desde donde se respiran aires nuevos, se escrutan horizontes nunca vistos y el alma y el cuerpo descansan despues de la escalada. Es el momento de la mayor fecundidad, de la síntesis de lo vivido, de lo amado, y el comienzo de una nueva aventura.
Yo me jubilé hace ya 12 años y nunca me sentí tan realizado y tan vivo.
Para tí será lo mismo. Vas a empezar a vivir, con el corazón más lleno de sabiduría y más envididado por lo que aún tienen que subir cuesta arriba, demostrando que tienen pulmones para ello. Tu los tuvistes y llegaste. Muchos se quedan perdidos en el camino.
Brindemos, pues, a tu nueva andadura. "Y la nave va", decía Fellini. Tu nave llega a un puerto para recomenzar nuevas rutas aun inexploradas.
Abrazos de un jubilado feliz.

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