domingo, 17 de janeiro de 2010

Zilda Arns, el ídolo de la infancia abandonada

La pediatra murió en una iglesia haitiana en Puerto Príncipe
JUAN ARIAS 17/01/2010 , El Pais

Zilda Arns, pediatra de 75 años, fundadora de la Pastoral Internacional de la Infancia, una reconocida institución con 250.000 voluntarios en 20 países, propuesta para el Premio Nóbel de la Paz, fue encontrada muerta el miércoles 14 de enero, bajo los escombros de una iglesia de Puerto Príncipe, en Haití, donde estaba hablando a 150 personas. El terrible terremoto que azotó al país más pobre de Latinoamérica la sepultó bajo la iglesia, que se desplomó sobre sus ocupantes.

Hermana del fallecido cardenal Paulo Evaristo Arns, que había sido arzobispo de São Paulo y una de las figuras más abiertas del Concilio Vaticano II, Zilda, viuda, madre de cuatro hijos, era la misionera laica más famosa y querida de Brasil, tanto por creyentes como por agnósticos, por su magnífica labor a favor de los niños abandonados, a los que sus cientos de miles de voluntarios intentaban curar sus enfermedades, vacunarlos y alimentarlos bien antes de hablarles de Dios.

El presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva, decretó tres días de luto nacional tras haber sido informado de su muerte. La misionera había intentado en vano entrar cuatro veces en Haití para llevar a cabo su trabajo pastoral. Cuando por fin lo consiguió, le llegó la muerte. Murió como vivió: entregada a su causa noble a la que dedicó todas sus fuerzas y toda su vida: los niños.

Su hijo Nelson, que trabaja en la organización de la madre, recordó que la mayor característica de su madre es que nunca le faltaba el coraje en su lucha difícil para salvar a miles de niños pobres de la desnutrición y el olvido.

La misionera laica, a sus 75 años, estaba llena de planes. Se preparaba para viajar este mismo año a Argentina, Colombia, Uruguay, México, República Dominicana y Angola. Sus más cercanos colaboradores continuarán el trabajo que ella deja incompleto, pero que ha sido ya fecundísimo.

El presidente del Congreso brasileño, Michel Temer, ha afirmado que la muerte de Zilda "deja millones de huérfanos en Brasil". También la Iglesia Católica de Brasil está de luto. Zilda había comenzado su trabajo como responsable de la Pastoral de la Infancia bendecida por la jerarquía. De Brasil, su obra acabó extendiéndose a otros 20 países del mundo. Recibió numerosos premios nacionales e internacionales por su trabajo humanitario.

Según Marie-Pierre, representante de Unicef en Brasil, este país "es hoy mejor gracias a la acción de Zilda" a favor de una pastoral basada en el respeto a los derechos de la infancia más pobre.

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