sexta-feira, 29 de maio de 2009

POEMAS DE ALEJANDRA PIZARNIK (Buenos Aires, 1936-1972)

A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD
Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violenciasperdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

LA ENAMORADA
esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos
así volverá tu amado
tan amado oyes la demente sirena
que lo robó el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo
llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada
fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida
tanto tanto desesperada
¿adónde vas?
desesperada ¡nada más! (Alejandra Pizarnik, de La última inocencia, 1956)

LA JAULA
Afuera hay sol.
No es más que un sol pero los hombres lo miran y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel y el sermón caliente del último viento.
Sé gritar hasta el alba cuando la muerte se posa desnuda en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad bailan conmigo.
Yo oculto clavos para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

LEJANÍA
Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?

NOCHE
correr no sé donde
aquí o allás
ingulares recodos desnudos
basta correr!
trenzas sujetan mi anochecer
de caspa y agua colonia
rosa quemada fósforo de cera
creación sincera en surco capilar
la noche desanuda su bagaje
de blancos y negros
tirar detener su devenir

SALVACIÓN
Se fuga la isla.
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora es la carne la hoja la piedra perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche.
Ahora la muchacha halla la máscara del infinito y rompe el muro de la poesia

LA ÚLTIMA INOCENCIA
Partir en cuerpo y alma partir.
Partir deshacerse de las miradas piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero arremete ¡viajera!

EL DESPERTAR a León Ostrov
Señor La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay mounstros
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres ahorcados en la nada.
Señor Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás o simplemente fue
¿Còmo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar d
onde un gran barco me esperaría con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron que ya es demasiado tarde
Señor Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña es decir ayer es decir hace siglos Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

EXILIO
a Raúl Gustavo Aguirre
Esta manía de saberme ángel,
sin edad, sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor sólo abraza a lo que fluye como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma, y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

PEREGRINAJE
a Elizabeth Azcona Cranwell
Llamé,
llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas que conocen el verdadero nombre de la muerte.
He llamado al viento, le confié mi ser.
Pero un pájaro muerto vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.

CENIZAS
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño antepasado de mi sonrisa el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te... La noche sufre.

ANILLOS DE CENIZA
a Cristina Campo
Son mis voces cantando para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.
Hay, en la espera, un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día, una partición de sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas busca asilo en mi garganta
para que no canten ellos, l
os funestos, los dueños del silencio.

MADRUGADA
Desnudo soñando una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron como a un fuego,
como a un poema escrito en un muro.

CUARTO SOLO
Si te atreves a sorprender la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras, formando rostros, esfinges, manos,
clepsidras, seguramente vendrá una presencia para tu sed,
probablemente partirá esta ausencia que te bebe.

FORMAS
no sé si pájaro o jaula mano asesina o joven muerta jadeando en la gran garganta oscura o silenciosa pero tal vez oral como una fuente tal vez juglar o princesa en la torre más alta.

SOMBRAS DE LOS DÍAS A VENIR
a Ivonne A. Bordelois
Mañana me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir en la memoria de un muro,
en la respiració de un animal que sueña.

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